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LA CINTA BLANCA

Coleccionista de halagos y premios, el austriaco Michael Haneke lleva años revolviendo la conciencia de la sociedad europea con su cine. El vídeo de Benny (1992), Funny Games (1997) o La pianista (2001) encantaron a la crítica, pero también le granjearon fama de cineasta desagradable debido a sus pocos escrúpulos al reflejar la violencia.

Las últimas obras de Haneke, sin embargo, le mostraban cada vez más alejado del efectismo y más hondo en sus planteamientos. El tiempo del lobo (2003) o Caché (2005) seguían reflejando la debilidad humana en situaciones amenazantes, pero su tono era cada vez menos brutal para, en vez de regodearse en lo siniestro, sugerirlo.

Vente a Alemania, Michael

Ahora, y tras rehacer Funny Games en EE UU y con estrellas de Hollywood, Haneke regresa a su país natal, Alemania, para contar los dramáticos hechos sucedidos en un pueblo protestante en los años previos a la I Guerra Mundial. Los extraños y salvajes acontecimientos que se suceden, tras los que parecen estar detrás los más pequeños del pueblo, se mezclan y confunden con la escasa autoridad moral de sus padres y un ambiente tan puritano como hipócrita.

La cinta blanca

" title="La cinta blanca" style="margin: 8px; float: right;" border="0" height="240" width="175">Rodada en blanco y negro, La cinta blanca trata de mostrar y entender el lado oscuro de la sociedad de entonces, que años después se convertiría en perfecto caldo de cultivo para el auge del nazismo. Como siempre, Haneke no evita lo escabrosos e incluso alguna que otra imagen desagradable, pero construye ese ambiente opresivo a base de diálogos aterradores y una cuidada puesta en escena. El director, que ha dedicado más de diez años a este proyecto, afirma que su único propósito es compartir cómo un ideal político o religioso se convierte en inhumano.

"Mi principio siempre ha sido hacer preguntas, presentar situaciones muy precisas y contar una historia para que el espectador pueda buscar las respuestas por sí solo", explica Haneke, que argumenta que "el arte debe hacer preguntas y no avanzar respuestas, que siempre me parecen sospechosas". La acogida ha sido buena: ganadora de la Palma de Oro en el último Festival de Cannes y premio a la mejor película y director de la Academia europea, es también clara candidata al Oscar a la mejor cinta en habla no inglesa.

Acaparando galardones

Quizá no sea la mejor película del año, pero sí es, hasta ahora, la que ha recibido premios más prestigiosos. Además de los citados en el texto, la cinta es candidata al Globo de Oro a la mejor cinta extranjera y fue elegida por la Federación Internacional de Críticos como el mejor título de 2009.

Alemania, 2009. Dir.: Michael Haneke. Int.: Christian Friedel, Leonie Benesch, Burghart Klaußner. Dur.: 144 min.

Fuente: 20Minutos.es